sábado, 11 de septiembre de 2010

LAS 24H DE LA FRESNEDA , ALGO MÁS QUE UN EVENTO DEPORTIVO

Seiscientas personas corrieron día y noche en el club de campo de La Fresneda, sobre la ya mítica milla del ultrafondista José Manuel García, los pasados días 18 y 19 de julio. No es fácil reunir a 600 almas en plena canícula, aunque la crisis apriete y los que se van de vacaciones sean menos. Pero el tirón de "el cartero" es grande. Tiene muchos defectos este cartero excedente y que ahora trabaja en la Delegación del Gobierno (como lo achacan sus detractores, las más de las veces en las barras de los bares), pero muchas virtudes y una de ellas, quizás la más preciada, es la de aglutinar a las masas cuando se lo propone. Consiguió traer a un Campeón Olímpico a la presentación de la prueba. Logró el mayor éxito de la historia de las 24 Horas de todos los tiempos: 4673 millas (7.520,46 km.) Gentes venidas de toda España, que hablan maravillas por donde van de este pueblo de La Fresneda que tampoco tiene nada de especial. Las 24 Horas Running Race han hecho una gran labor de difusión, poco reconocida en ciertos estamentos. Gracias a este cartero excedente que, más que la competición, ha tratado de destacar siempre en la prueba, la camaradería, la solidaridad, la cooperación, la salud, la vidasana y el espíritu del olimpismo en ese pequeño valle del Club de Campo. Todo gracias a este cartero excedente, que ha perdido vacaciones para dedicarse en cuerpo y alma a la prueba. Que cada año deja 4 meses de su vida en el camino para lograr el milagro de las 24 Horas. Todo terminó y sólo una llamada de agradecimiento de un directivo. A pesar de la gran labor de difusión que significa la prueba para La Fresneda. A pesar del récord histórico en pleno mes de julio de una prueba única en el mundo. Pero los estamentos callan. Ni una palabra de aliento para un hombre humilde que deja una parte de su vida, año tras año, para que muchos se ilusionen con el deporte, sobre todo niños y niñas. Ni una gesto de agradecimiento (tal vez, al contrario). Pero, como decía Neruda, pese a quien pese, su nombre quedará en los pétalos de la rosa que crece en la piedra. Y su esfuerzo nunca habrá sido en vano. Lo dice la mayor parte del pueblo, lo dicen los atletas de toda España y lo dicen las expresiones de los niños que sujetan la antorcha olímpica, en plena noche y con ilusión angelical, como queriendo atrapar su fuego, como queriendo que esa llama ilumine sus vidas en el futuro. Eso es lo que cuenta. Los estamentos pueden seguir callados.